8 jun 2020

El beso a Joan Manuel ("tu boca me sabe a hierba")

Por Pedro Lemebel 


Sin saber qué iba a pasar esa tarde cuando Serrat se reunió con los estudiantes de la Universidad Arcis. Cuando se ha guardado un beso de fuego para el trovador desde hace veinte años, y se tiene la oportunidad de estamparle la boca coliza en su boca que sabe a hierba. Su boca histórica que cantó por la revolución, por los obreros, los piratas y tanto mal amor perdido. Pero nunca nos dedicó ninguna estrofa, ningún estribillo, como si los maricones no existieramos, nos exilió del universo poético de su canto.

 Como si ninguna loca hubiera nadado en el Mediterráneo de su corazón azul. Ninguna mereció levantar el vuelo, gorriona marica en su cielo pardo. Nunca supo entonces del pájaro Lorquiano de Federico, destripado por las púas del franquismo. Acaso no hubo un mariposón español que pintara el aire de rojo al llegar el socialismo. Y Madrid se llenó de gritos, banderas y consignas, al igual que ahora en el Arcis los estudiantes acalorados chillaron al verlo aparecer saludando. Como si fuera entonces cuando lo vi por primera vez, tan bello, tan joven, tan esbelto, vestido de terciopelo negro en el Festival de Viña en los años setenta, en plena Unidad Popular. Pero ahora la vida me lo traía de vuelta, más viejo, con algunos kilos de más, casi un caballero nervioso respondiendo las preguntas, tratando de quedar bien con esa juventud de izquierda que cantó sus canciones acompañados por la balacera. El mito de Joan Manuel tan cerca, a sólo unos pasos, vestido casi de yuppie; con chaqueta de tweed y pantalón beige. Y yo, de terciopelo negro, Penélope esperando en el andén. Con aquel beso guardado, que envejeció arrugándose como mi cara y la suya. Un beso ajado en la carta ideológica que no encontró destino. Un beso pálido que sobrevivió a la dictadura y besó el NO del plebiscito. Un beso como una marca, o una firma estampada imaginariamente en su canto.

 Por eso cuando terminó el acto, después de cantar "Vuela esta canción para ti, Lucía"; yo era su Lucía de terciopelo negro, yo era "Lo más bello que él nunca ha tenido", tratando de acercarme, empujando, deslizándome entre los cuerpos apretados de los jóvenes que le pedían autógrafos. Logrando meterme bajo la cadena de brazos, que formaron un pasillo de seguridad para protegerlo, me lo encuentro de espaldas despidiéndose, y al darse vuelta se topa con mi cara a boca de jarro, a sólo unos centímetros. Entonces se detuvo el tiempo y un gran silencio congeló ese instante. "Veinte años no es nada", me dijo, y mi boca se despegó de mí como un pájaro sediento que se posó en sus labios. Sólo un momento la homosexualidad lo tocó con la sed carmesí de una boca chupona. Un instante que lo llevó a su primer beso adolescente, y turbado de emoción lo sentí temblar en la tibieza de esa primera vez, cuando otra boca extraña le arrancó de cuajo su inocencia. "Veinte años no es nada", me dije, dejándolo ir llevado por la multitud que se lo tragó entre los insultos y agresiones que me gritaban los estudiantes del Arcis, por haberles roto su mito macho y cancionero. "Veinte años no es nada", le contesté medio sonámbulo a una fans que quería arañarme por lo que le había hecho a su ídolo.

"Veinte años no es nada", mi catalán, seguí pensando mientras salía de ese lugar empujado por los estudiantes. Sabiendo que ésa era la primera y última vez que lo tuve en mis brazos. Sabiendo que nunca más olvidaría esta visita a Chile, y cada vez que cante Lucía, mi beso cantará en su boca como una flor extraña que sentirá enredarse en palabras. Mi beso será un recuerdo prohibido, como una luna sodomita que arañó su mar.


Universidad ARCIS, Santiago, 28 de octubre de 1994.


9 abr 2020

La hermana de la Coneja - Adriana Varela



Tema: La hermana de la Coneja
Álbum: Encaje
Año: 2006

Compositor: Jaime Roos (música)
Letrista:  Raúl Castro (letra)
Intérprete: Adriana Varela


El tema es un microrelato sumamente rico en imágenes, que se van dibujando esquivamente solo en la medida en que se mastica la letra una y otra vez, ya que el uso de varios términos del lunfardo uruguayo, le otorgan un aura enigmática popular muy particular, como cuando se miran las manos de un anciano.  

Es precisamente desde ahí, desde la letra, que se gesta la interesante paradoja con la que se dibuja este retrato soberbio y descarnado. Por una parte, la presentación del personaje desde varias aristas, lo hacen sólido, coherente, verosímil; por otra, las limitaciones semánticas que tenemos frente al lufardo lo hacen críptico, esquivo, cazurro.  Aún así, esta reticencia por contarlo todo, esta predilección por lo no dicho, son suficientes para componer magistralmente la caracterización de la psique de la Hermana de la Coneja, desde la pérdida de su inocencia hasta su madurez.

Es de especial predilección la versión de Adriana Varela, acaso porque el tono intimista de la Ronca, junto con piano, guitarra y bandeón, supera la versión original de Roos, acaso porque una milonga así, solo puede ser cantada por una voz femenina y poderosa.

Glosario:
Franeleo: caricias, seducción.
Chucho: perro.
Guita: dinero.
Hamacarse: superar obstáculos con esfuerzo; desembolverse del mejor modo para salir de una situación difícil.
De bute: de buena calidad.
Camelo: Apareciencia, exhibicionismo// engaño, farsa, mentira// galanteo, requiebro// conversación engañosa, exceso de palabras.

En un depósito sucio, bastión de la Ciudad Vieja
la hermana de La Coneja, perdió la virginidad.
testigo en la oscuridad, un colchón apolillado
que quedó como estampado, con indeleble memoria
y es origen de esta historia, que no sé bien si es verdad
Fue como siempre sucede, se colaron con el Tito
aquel morocho flaquito, que la conquistó con mimos.
y desafiando al destino, se dejó de franeleos
se alborotó el avispero, dieciséis años es mucho
cuando te da como un chucho, y la vida pide cuero.
Después cuentos conocidos, que qué le vamos a hacer
que no lo podés tener, que ya conseguí la guita.
un llanto cuatro caricias, que todo va a salir bien
el fondo de un almacén, el adiós al flaco Tito
y el comienzo de un periplo, más hamacado que un tren.
Hoy es señora de tal, y en el Este veranea
no imagina el que la vea, que era de playa Pascual.
su camelo viene mal, bate, chicos y colegio
te la trabaja de regio, y anda en checo bien debute
con goma en lugar de yute, y sin preguntar los precios.
Ahora si que se divierte, en pavada de colchón
pelo corto à la garçon, y lentes con cadenita.
recurre al psicoanalista, a la hermana ni la nombra
pero la marca una sombra, que nunca pudo esquivar
cómo la vino a quebrar, allá por la Ciudad Vieja
La hermana de La Coneja